Hay personas con las que conectas a primera vista y otras que te repelen de entrada.
Mi amigo J se encuentra entre los primeros. Desde que me lo presentaron supe que íbamos a congeniar, además, contó con el visto bueno de mi marido, así que lo tiene todo. No es que mis amigos necesiten su visto bueno, faltaría más, pero vivimos en un pueblo (así lo llamen ciudad) y como con mi amigo me encontraría cada semana para practicar mi catalán y mi marido no lo conocía de nada, no le parecía apropiado que su mujer se citara con otro hombre en plan "parejita" y que de pronto la gente empezara a hablar y él sin poder decir ni mu.
El caso es que mi amistad con J es conocida y aprobada por todos y me siento muy tranquila pues siempre he tenido problema para relacionarme con los hombres ya que soy muy expresiva y eso da pie para malos entendidos, pero esta vez ya están todas las cartas puestas sobre la mesa desde el principio y eso nos ha permitido tener una relación que se hace cada día más entrañable.
Nos hemos reído juntos, yo he llorado varias veces, él una vez cuando me contó que un amigo suyo había muerto. Hemos hablado de lo divino y lo humano. Una vez recuerdo que le expliqué como era el sistema democrático en mi país y le conté de cuando mataron al candidato Luis Carlos Galán y con su muerte como César Gaviria se había encontrado esa presidencia en 1990; el caso es que llegué feliz a la casa porque ya dominaba el catalán pues J no me había corregido nada. A la semana siguiente muy presumida se lo hice notar y me contestó: -"Annie tot el temps vas parlar en castellà, però et vaig veure tan apassionada que no vaig voler interrompre't". Así es él, siempre prudente, atento, discreto, querido...
Otro día le conté que en mi país se acostumbra por estas fechas los aguinaldos, son pequeños regalos que nos hacemos entre amigos y familiares. Ayer tuvimos el último encuentro de este año. Yo fiel a mi costumbre le llevé mi aguinaldo, el cual valga decir que me costó mucho encontrar pues es un marrón buscar un regalo para un hombre que no es tu pareja, ni un familiar, ni un amigo que también tú seas amiga de su esposa o su familia; es un rollo; pero bueno, lo encontré, un regalo que no fuera comprometedor, que fuera bonito, útil, que no fuera ni muy caro ni muy barato, en fin, lo encontré. Me imaginaba su carita de sorpresa cuando lo recibiera y sobre todo de vergüenza porque él no me tendría nada, pues mi marido me había insistido para que no le comprara nada porque aquí eso no se usa y que lo haría sentir mal, pero yo que soy terca como una mula lo compré. Pero no, la cara de sorpresa fue la mía cuando él no sólo me tenía aguinaldo a mí también sino una tarjeta preciosa escrita de su puño y letra.
Hacía mucho que no tenía un amigo así, J me sirve hasta de terapeuta que ya es mucho decir!!!!!!!