Tengo la suerte de olvidar lo malo que me ha pasado, o por lo menos lo dejo aparcado hasta que empiezo a revolcarme en mi mierda.
Ahora no tengo dinero, ni el estilo de vida que tenía hace 10 años; estoy lejos de mi tierra, de personas a quienes quiero, de mi gordo...
Son muchas las cosas que no tengo ahora.
A veces me siento muy sola.
Siento que he cambiado tanto que a veces ni me reconozco.
También hay días en los que reniego de mi vida, de las decisiones que he tomado en algún momento y lloro, aunque ya no tanto como antes.
Desde el miércoles pasado estoy de bajón...
Por suerte hoy es viernes, el día que más me gusta, pues gracias a la llamada de primera hora de mi Parce, recargo pilas para toda la semana.
Hoy le conté lo que me pasaba, (como siempre) mas que todo para desahogarme, pues no estaba segura que me fuera a entender, ya que es algo que me afecta porque pretendo ser la que era hace 10 años y ahora no soy.
¿Y qué hace mi Parce? No sólo me escucha y me entiende, sino que con ella la charla tomó otro rumbo y terminamos las dos llorando, pero de risa!!!
Dicen que quien tiene un amigo tiene un tesoro, por eso cuando estoy mal pienso que sigo siendo muy afortunada, no sólo tengo la suerte de olvidar lo malo que me ha pasado, sino que aquí encontré un gran tesoro, mi tesoro...