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lunes, 27 de mayo de 2013

Opposite Memories

Pensaba comentar aquí algo muy íntimo que me sucedió este fin de semana, pero me acordé que S en su entrada Anotaciones a este blog que pretende ser interactivo decía que: "Otro detalle que me sorprendió es que mi cambio de dirección de blog no ha resultado. Los que me conocían por mi nombre o apellidos, con un mínimo de esfuerzo por su parte, me localizan."Así que me lo pensé mejor y simplemente se lo conté a mi Parce, así boté el taco que me estaba oprimiendo y me quedé la mar de tranquila. No es conveniente ventilar aquí ciertas cosas, sobre todo sabiendo que personas que me conocen face to face, pueden leerme.

Lo que sí pude evidenciar en la madrugada del domingo fue el principio que formuló Lavoisier: "la materia, no se crea ni se destruye, solo se transforma", ya que mi reacción ante dos fenómenos idénticos fue muy diferente en las dos ocasiones. Hace ocho años casi me muero; la ira y el dolor fueron tan grandes que creí no poder superarlo jamás. En cambio ayer, como ya estoy instalada en la era del importaculismo, pues nada, ni siquiera me paré a mirarlo, seguí buscando la pastilla que necesitaba y cuando pretendió darme explicaciones, le miré con mi mejor carita angelical y respondí: -Claro cariño, no pasa nada, te creo.

Mi materia, es decir, quien soy, mi yo, mi esencia, ha cambiado muuuuuuuuucho en estos ocho años, pero para bien o para mal, el cambio ya está hecho.

lunes, 20 de mayo de 2013

Recuerdos

Este fin de semana hubo dos hechos puntuales que me hicieron recordar situaciones de mi pasado, que por lejanas en tiempo y distancia, me parece que las soñé. Pero lo más curioso es que la mente nos juega malas pasadas que no contamos con ellas. 

Se supone que los recuerdos de mi exmarido los debería tener más vívidos en mi memoria, no en vano fueron casi veinte años juntos y un hijo en común. Pero al contrastarlos con otros recuerdos, no fue así. 

Los recuerdos de M (C para mí) alguien a quien no conozco personalmente, del cual ni siquiera estoy segura de su nombre ni su apariencia física, fueron más fuertes. Al leer ese texto (que ni siquiera era suyo) mi mente voló a esos días en que lo esperaba impaciente, en que bastaba con leer una línea suya para ponerme a cien. Recordé nuestros ratos juntos, las charlas que me excitaban el cuerpo y la mente, los días en que me sentí DIVINA gracias a que él estaba en mi vida... 

Hoy sólo me quedan los recuerdos; no tengo manera de leer nada suyo, pues si tiene blog desconozco su perfil y dominio, y cuando alguna vez hemos cruzado algún correo, ya ni siquiera siento nada... 
Ahora simplemente somos un par de desconocidos con algunos recuerdos en común.

martes, 14 de mayo de 2013

Ouroboros

Cuando me hizo la propuesta sentí un miedo que casi rayaba con el pánico, pero el tiempo pone todo en su lugar y ahora una vez he digerido la situación, voy asimilando el hecho de una nueva separación.

Una separación que será temporal como todas las anteriores, pero sin un período de tiempo determinado, ya que puede ser por un par de meses, o se podría prolongar uno o dos años, no sé, a estas alturas del partido todo es incierto.

La pregunta ahora es: ¿Quiero regresar?
Si pudiéramos retomar nuestras vidas en el momento exacto donde las dejamos sería muy fácil tomar la decisión, pero así no son las cosas; y menos en mi país, donde los funcionarios no tienen la prerrogativa que tienen los de aquí de volver a sus cargos cuando lo deseen. (Aluciné con el caso de Esperanza Aguirre que se reincorporó a su plaza de funcionaria en calidad de asesora de la Secretaría de Estado de Turismo, luego de la bobadita de un lapso de 30 años!!!) Yo lo tengo más crudo y volver para mí implica prácticamente empezar de cero.

Ni siquiera me atrevo a llamar a alguno de mis amigos para pedirles ayuda por temor a que me den la espalda, pues tengo claro que en las buenas todo el mundo está contigo, pero en las malas te encuentras más sola que la una, así que mi situación es como el símbolo del ouroboros y no encuentro la manera de romper ese círculo vicioso.

Otra cosa que me pone a cavilar es lo que me dijo mi Parce la última vez que hablamos, y es que hoy por hoy no tenemos veinte años, la convivencia nos hace adaptarnos y soportar demasiadas cosas, pero si nos separarnos mucho tiempo, ¿el reencuentro será igual? 

Al vernos otra vez con más arrugas, achaques y lo que surja, ¿estaremos dispuestos a conformarnos con lo que hay? 
Seguramente que sí, pues es lo que tienen los años, aprendes a resignarte, pero sería una vida tan triste...

lunes, 6 de mayo de 2013

Miedo

Esta vez fue diferente.
La mueca en su rostro después de terminar no era de placer sino de dolor, pero de esos dolores que no sabes exactamente dónde duelen ¿en el alma quizás?

Le pregunté qué le pasaba y como siempre su respuesta fue ambigua, como si ocultándome las cosas éstas se desaparecieran, o empezaran a existir en un universo paralelo donde no nos afectan.
Pero yo no tenía ganas de dejarlo pasar y le insistí para que me respondiera con exactitud. Y lo hizo.

Ahora no sé si hubiera sido mejor que siguiera dejándome ajena a sus cavilaciones...
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