Busca en mi blog o donde quieras

martes, 15 de junio de 2010

La felicidad siempre es leve...

Cuando cierro los ojos trato de recordar tu cara, imagino tu expresión ante tal o cual circunstancia y sonrío.

Me siento ridícula dejando volar mi imaginación en ese sentido, pero a la vez me doy cuenta que en este momento no hay nada que me amargue la vida, al contrario, hace mucho tiempo no me sentía tan tranquila; aunque parezca una ostra encerrada en mi propio mundo, en mis fantasías que no comparto con nadie, en sentir como sólo yo sé hacerlo, así soy feliz, o se dice ¿me siento feliz?; como sea, el caso es que hoy por hoy nada me altera, amo y me aman, me miro al espejo y me gusta lo que observo, y viajo ligera, muy ligera...

¿Por qué no voy a pensar en ti ahora que nada más ocupa mi mente? ¿Por qué voy a reprimirme esta sensación de bienestar si la disfruto a tope? ¿Por qué privarme de escuchar tu voz si me gusta?
Te quiero aquí, conmigo, pero no sufro por no tenerte a mi lado, porque así como te llevo en mí, yo voy contigo a todas partes... Es lo único que importa ¿verdad?

Por eso ten la plena seguridad que hoy cuando recibas tu grado yo estaré ahí, porque ya he imaginado ese momento muchas veces, tantas, que a veces creo que ya lo vivimos...

6 comentarios:

Torcuato dijo...

No sé a quien dedicas este bello escrito. Lo que si desprende es una gran falta de egoísmo.
Un beso.

Annie dijo...

Tor esta entrada va por y para mi hijo, hoy se gradúa de bachiller y aunque no puedo acompañarle en este momento ahí estaré junto a él de corazón, como siempre he estado, presente en su vida así sea en la distancia...

Otro beso para ti, muy agradecido

Novicia Dalila dijo...

Parce, ayer me estouve acordando de tí todo el día por esto. Te imaginaba con la mente a miles de kilómetros. Sabiendo todos los revuelos habidos a través del acontencimiento, que aunque superados, ahí han estado, te imaginaba nerviosa, impaciente por saber... y ausente. Porque aunque de pensamiento no te has perdido ni un segundo, sé cuantísimo te hubiera encantado darle un beso de los que sólo una madre da, transmitiéndole todo el amor que hay en ti por él.
Te acompañé, Parce. Entre todos mis papeles, mis problemas, mis historias interminables, tenía un trozo de mi corazón a tu lado.
Enhorabuena, mi querida Parcerita. Eres una gran madre, por muy india que seas, y eso él lo sabe. Y yo también.

Un beso enorme

Daniel F. dijo...

Pues yo, no se de que va la cosa, pero mi hombro esta aqui, para llorar o para empujar; lo que mejor te convenga.

Annie dijo...

Parce que bien me conoces, tal como me describes así estuve...

Gracias por tus palabras y por estar siempre.

Un fuerte abrazo y mi cariño por siempre

Annie dijo...

Tan lindo mi querido Temu, pero por suerte la cosa no es de llorar. Esta entrada está dedicada a mi hijo que recibió su grado de bachiller y aunque no pude estar físicamente a su lado para compartir ese momento, él sabe que de corazón siempre estoy a su lado.

Un besazo guapo