"Yo no voy a ninguna parte Nelle, tú me diste una rana, me diste a Barry White, me diste sexo oral; todo el mismo año. No voy a ninguna parte, y yo, también estoy empezando a quererte". John Cage
Durante mucho tiempo hice mías esas palabras (excepto lo de la rana claro) y aunque no las dijera de viva voz, siempre tenía en mente que en las buenas o en las malas estaría a su lado de buena gana. No voy a ninguna parte C me repetía hasta al cansancio.
Pero ayer, mientras veía un telediario de mi país por Internet se me apagó el interruptor, o así lo sentí. Fue como si me desconectaran, como si alguien hubiera apagado mi PC interno y me hubiera quedado sin energía, sin ganas de nada y simplemente me dejé llevar por la corriente...
No lloré, no hubo grandes dramas, ni siquiera tuve un pensamiento, sólo me quedé en blanco. Cuando él llegó yo estaba inerte en el sillón. Lo saludé como siempre, pero creo que notó que algo había cambiado en mí.
Al sentarse a mi lado movió el mause y se perdió la señal de Internet, entonces cambié el selector a TV y me levanté, me fui directo a la cama y me acosté, aún no eran las 8 p.m. Vino luego a preguntarme qué me pasaba y le dije que a lo mejor iba a enfermarme, que seguramente él me había contagiado el virus. Cuando salió de la habitación lloré 10 o 12 segundos, con eso tuve más que suficiente y me dormí.
Esta mañana cuando él entró en la cocina y volvió a decir "lo siento", a prometer por enésima vez que nunca más volverá a ocurrir lo sucedido estas dos semanas, mi respuesta fue diferente.
-Es bueno que haya pasado, así pongo el polo a tierra y dejo de vivir en las nubes como hasta ahora.
Esta tarde llamaré a mi gordo y a mi prima para informarles francamente de la situación, que sepan de una vez que la cuenta se cierra hasta nueva orden...