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lunes, 5 de febrero de 2018

La Piscina

Mi ex marido solía decirme que nadie cambia, simplemente se adapta. Sigo creyendo que es así.

Recuerdo cuando vine por primera vez a este país y empezó mi última guerra contra mi peso, (la cual ya lleva 14 años y contando) entre las medidas obvias a tomar fue la de inscribirme en un gimnasio, si no es el episodio más traumático de mi vida, puede tranquilamente ubicarse en el top cinco, recuerdo aquello como una pesadilla.
La gente que veía a diario porque siempre éramos los mismos, a duras penas me saludaba, y eso porque yo era insistente y les brindaba mi mejor sonrisa cada mañana.
La señora de la limpieza que fue la única que alguna vez me habló, fue para preguntarme como hacía para mantener mis uñas tan bien arregladas, pregunta que me extrañó mucho a lo que me respondió ella todavía más extrañada: -¿Pero tú no haces limpieza en las casas? ¿No eres sudaca?-.
Y ya lo peor fue la desnudez en el vestuario, recuerdo mi pudor tapando mi gordura como buenamente podía sosteniendo la toalla entre los dientes mientras me vestía, pero la gota que colmó el vaso fue el día en que al incorporarme después de amarrarme las zapatillas me encontré con un coño en toda mi cara, pues una muchacha se había agachado justo delante de mí, ese día llegué llorando a casa y jurando que jamás en la vida volvería a pisar un gimnasio.

Pero el tiempo pasa y aunque he sido fiel a mi promesa, jamás he vuelto a pisar un gimnasio, me he adaptado...

Hace unos meses voy a la piscina pública, para los que me conocieron en mi país, la Annie abogada estrato 5-6, podrían decir que sí cambié, yo sigo quedándome con la definición de mi ex, me adapté a este país, al pueblo que fueres haz lo que vieres.
Me costó tomar la decisión, tuve que vencer muchos prejuicios, pero cuando por fin me lancé al agua fue como un amor a primera vista que dura hasta ahora.
La piscina es hoy por hoy mi lugar favorito, la disfruto más cuando voy sola, porque cuando se pega L no para de hablar de sus cosas y no la soporto. 
Ya descubrí la hora perfecta para ir, es a las 13 horas, está casi vacía, y los pocos que van a nadar a esa hora tienen unos cuerpos que me dan un recreo a la vista inmejorable. Hasta los socorristas me hablan, creo que la cosa pinta bien.


Y mi experiencia en el vestuario ha dado un giro de 180º. Sigo tapándome con la toalla, no tengo la desfachatez para exhibir mis michelines a todo dios, pero ya no me incomoda la desnudez de las demás, ahora las observo con disimulo. Las señoras mayores, las gordas y las latinoamericanas así tengan cuerpos fabulosos, se comportan igual a mí, somos pudorosas, salimos de la ducha envueltas en la toalla y nos vestimos procurando no dejar mucha desnudez a la vista, algunas incluso, sobre todo las señoras mayores, ya salen casi vestidas de la ducha. En cambio las jóvenes o las que se saben poseedoras de esos cuerpos casi perfectos, esas malditas salen como pavos reales pavoneándose desnudas por todo el vestuario, algunas hasta chorreando agua que parecen haciendo un anuncio para la televisión, otras dando vueltas innecesarias haciéndose las que se les ha olvidado algo en la taquilla, todo para que las demás mortales nos muramos de envidia al verles los senos perfectos, el vientre liso y el culo redondo como un durazno. En fin, que cuando las miro sueño en que algún día con esfuerzo, dieta y sacrificio, (entran risas) lograré verme como esas diosas hechas mujeres.

5 comentarios:

Sergio dijo...

Lo de la señora de la limpieza es de traca. Por su preguntita, lo digo. Es como para pensar en responderle "¿Y tú no tienes una paga por minusvalía? ¡Eres retrasada!". Pero bien mirado esta gente pregunta sin mala intención. El analfabetismo tiene estas cosas. Eso que dicen de que la ignorancia es atrevida es cierto. Me recuerda al personaje de la serie "Vergüenza". Ahí se ve como hay tanta gente sin sentido del ridículo y que sin mala intención no pueden parar de ponerse en situaciones comprometidas. Esta tipa me ha recordado a ese personaje de la serie.
Sobre los cuerpos todo está en la mente. Hay quien tiene un cuerpo perfecto según el canon de la publicidad y se sigue sintiendo fatal. De todas formas lo de la natación es genial. Inevitablemente te sientes bien y es divertida. Lo noto cuando paso esos veranos en Pineda. Soy más positivo. Besos
P.D. Lo del coño en tu cara... No me imagino llorando porque me encuentro uno en la mía. Pero claro, supongo que noe ra el genital adecuado. Tampoco me haría gracia encontrarme con... Da igual.

Annie dijo...

Me hiciste reír con tu PD jajajaja

Annie dijo...

Coincido contigo Sergio, la ignorancia es atrevida, pero lo que me jode es que todavía hoy ese tipo de personas me sigue dejando sin palabras, nunca sé qué responder.

Ten la seguridad que las que van a la piscina de mi pueblo saben lo que tienen y lo exhiben con mucho orgullo!!!

Seguiré yendo a la piscina porque la verdad disfruto mucho esa hora.

BEP

Geraldine, dijo...

yo opto por no escuchar demasiado a la gente....te sentiras mas libre.

Annie dijo...

Geraldine es lo más sano, de hecho ahora eso hago, pero cuando llegué aquí era otro cantar...

Gracias por pasarte. Un beso