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jueves, 28 de junio de 2012

Comodidad

Esta mañana me caí de la cama al levantarme. Me fui de bruces contra el armario y me hice daño en las rodillas y en las puntas de los dedos de la mano derecha al apoyarme. Debe ser producto de la inactividad de mis neuronas, pues hace tiempo que no las pongo a funcionar como es debido...

Me volví vaga al extremo que ya no contesto a los comentarios que amablemente me dejan los que se asoman a mi ventana.
Vaga para decirle a mis amig@s que los extraño, que me hacen falta, pero no encuentro NADA que contarles...

Tengo un viejo portátil en el que escribía y practicaba mis clases de photoshop, pero cada vez es más lento y se bloquea, me desespera, así que no volví a usarlo. Opté por la comodidad.
La ropa se me acumula para planchar y no tengo ganas de pasar calor, así que la doblo y plancho lo que se necesita al momento, me da igual.

La noche de San Juan estuve celebrando en casa de unos amigos, C me invitó a un viaje a Asturias una semana, se suponía que nos íbamos hoy. Nos quedamos hasta las tres de la madrugada haciendo planes.
A las 7:30 de esa misma mañana antes de perder la conciencia lo último que dijo fue: "¿Dónde están Annie y su adosado? 

Lo operaron a vida o muerte. Sigue en coma. Sólo he ido a verle una vez. Por comodidad...



2 comentarios:

Sergio dijo...

Pues yo he pasado ese mes de vagancia y creo que nunca acabo de salir del todo. Con los comentarios del blog a veces me extiendo porque soy vago pero luego me caliento y se me pasa la pereza y hasta lo disfruto. Creo que debes comentar si quieres y si no, pasar. El que te entienda y te quiera y te aprecie, etc. seguirá ahí con o sin comentarios de respuesta.
Mi problema estival es más siniestro. Tengo calor y esa sensación es la peor que puede tener alguien que en pleno invierno sale con poca ropa a la calle. Debo tener tanto calor dentro que no soporto el que me viene de fuera. Irritabilidad, incopmprensión a los demás, fobia los insectos veraniegos de alcantarilla... Te cambio tu pereza por mis problemas, ja,ja En fín, saludos y no abandones este blog mucho tiempo que yo lo necesito para equilibrar un poco este cerebro semitarado que me ha tocado.

Novicia Dalila dijo...

Parce, pues ponte las pilas ¡¡¡YA¡¡¡
Esa actitud es adictiva. Cuando menos haces, menos te apetece hacer. Y vale que hay cosas, como la plancha, que se hacen muy cuesta arriba, pero hay que hacerlas, y cuando terminas, te sientes bien... como más ligera.
Sé que decirlo es fácil y hacerlo no lo es. Lo sé porque me ha pasado muchas veces (sobre todo en los temas domésticos, que se me hacen muy cuesta arriba), pero hay que hacerlos porque si no, nadie nos los va a hacer, y segundo, porque nos volvemos lentos de mente, como le pasa a tu portátil.
Hazme caso, parce.
Un beso muy muy fuerte. Hablamos mañana :D

p.s. esa foto, te acuerdas, la puse yo en un post donde hablaba de tristeza infinita y me dijiste que parecía yo de verdad :D.