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martes, 2 de octubre de 2012

La Prisionera

A propósito del conflicto sirio y que en la reunión de la ONU fue conjuntamente con la crisis el tema principal, traigo a colación un texto de otro conflicto de hace años en la zona.

"102 de 289. Doscientas ochenta y nueve mujeres. Tú eras la 102. Entraba antes del amanecer en la vieja ciudadela. Cruzaba el puente sobre el parsimonioso Nilo y llegaba al promontorio sobre el que en el siglo XII Saladino había construido una fortaleza, la ciudadela, reconvertida en prisión.

Hacía una ronda con los guardianes del turno de noche y luego iba hasta tu celda. Descorría el ventanuco metálico de la puerta y te observaba. Desnuda, con los grilletes en las muñecas, encogida sobre ti misma. Te habíamos detenido tres días después del asesinato del presidente Al-Sadat. Yo era coronel en la brigada 21 de contra espionaje en El Cairo. Te torturamos y delataste a familiares, amigos y compañeros de la Universidad. Tras esos primeros días te dejamos en paz, sola, en tu oscura y mohosa celda. No llorabas, no te movías, no hablabas. Pese a las heridas, las contusiones, la falta de higiene y la escasa comida que recibías, conservabas una belleza extraña, retadora, amenazante para cualquier hombre. 

Te soltamos seis meses después, una noche, cubierta tan solo con una manta, te dejamos en Mahdi, al otro lado de la línea férrea. No volví a verte. Me llegaron noticias, rumores, de que los Hermanos Musulmanes te habían asesinado en venganza por tus delaciones. No quise creerlos. Miro tu ficha policial y pienso en el desconcertante destino de las personas. 

Tu odio, tu miedo eran proporcionales a mi deseo. Quisiera creer que has sobrevivido. Mañana viajo a Munich."
 

4 comentarios:

Novicia Dalila dijo...

Pues vaya mierda de captor, parce¡¡¡ Si tanto la deseaba, ya podía haberla ahorrado un poco de sufrimiento, que parece que estaba en posición de haberlo hecho....
A mí las palabras a posteriori, aunque sean halagadoras y de reconocimiento, nunca me han gustado. Nunca me han bastado.

Un beso muy fuerte, parcerita :*

Sergio dijo...

Estoy de acuerdo con el comentario de arriba, lo pone todo muy bonito y casi romántico. Lo único que saco en claro es que era una prisionera muy bella. Las otras, por feas no merecieron ni un emotivo pero inútil recuerdo. Es por eso que siguen y siguen estos conflictos. La gente se autodisculpa de muchas maneras. Con unos remordimientos ya está. Con "no podía hacer nada" mucho mejor. En fín... Besos

Annie dijo...

Parce creo que antes de salvarla, al contrario, se regodeaba en su dolor, en su cautiverio que la envilecía cada día más, porque me da a mí que es como los que alguna vez se toparon en nuestro camino pero que hoy por fortuna para nosotras son prueba superada...

Me muero de ganas porque llegue el viernes para que me cuentes lo de la zumba!!!

Un besazo parcerita de mi alma y mi cariño por siempre

Annie dijo...

Sergio es que a los feos y a los gordos sólo los quiere la mamá...

En las guerras y conflictos armados de cualquier clase pierden todos y aunque los que acontecen en el Medio Oriente me suenen lejanos, te puedo hablar con conocimiento de causa porque en mi país llevamos más de 60 años en conflicto.
Confío en que ahora que empiezan los diálogos de paz en Noruega entre el Gobierno colombiano y los guerrilleros de las FARC, los protagonistas hagan algo más que tener remordimientos inútiles.

Un beso cargado de energía positiva