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lunes, 26 de noviembre de 2012

El detalle

Lo encontré en esa esquina. Tenía la camisa que yo le regalé hace como cinco años y me sonrojé. Cinco años para una camisa es mucho más de lo que uno espera que dure una camisa. Quedamos frente a frente. Él en el semáforo del lado de allá, yo en el semáforo del lado de acá. Las pestañas se paralizaron. Todo se me paralizó, menos mi mano derecha que se atrevió, con el pulso de un maraquero, a organizarse el pelo. Lo movió desordenamente hasta dejarme tan despeinada como pudo. A él, a ese hombre que traía gafas negras y pelo negro y zapatos azules, le gustaba, en esa época en que le gustaba, absolutamente despeinada. Lo hice mecánico. 

Esperé el semáforo y tuve que ser empujada por una viejita que estaba detrás, de afán, para que se fuera el tatequieto. Caminé. Él no. Caminé y cuando estuve de frente levanté la cabeza, en ese gesto presuroso de ir arriba hacia abajo, que parece un saludo, pero que solo es un sube y baja de la cabeza. Él hizo lo mismo. Seguí por mi lado y él se quedó en ese mismo lado de allá, sin voltearse. Fue un segundo y estaba furiosa, como en los tiempos viejos. Mis zapatos se detuvieron. Mi cuerpo se giró. Mis pies se devolvieron. Mi mano se puso en su hombro. Mi hombre se volvió hacia mí. Mis ojos le miraron. Mi boca, entonces, le dijo, por los viejos tiempos, y le zampó un beso con labial rojo. La cabeza solo tuvo tiempo para un detalle: no era mi camisa. Era la misma camisa, con una etiqueta de compra olvidada: 50 Euros.

8 comentarios:

Novicia Dalila dijo...

Igual ha ido renovando la misma camisa año tras año en recuerdo tuyo, parce¡¡¡
Yo lo he hecho alguna vez. Se me ha roto algo que me regaló alguien importante para mí, y lo he vuelto a comprar idéntico. Y si es algo que no se puede volver a comprar, lo he pegado con loctite para no perderlo nunca.
Los objetos que nos regalan tienen a veces tanto valor para nosotros que nos negamos a deshacernos de ellos por deteriorados que estén, verdad??

Un beso muy fuerte, parce. Desde el corazón <3

Gemma dijo...

He dado unos vuelcos de cabeza paquí y pallá que lo que menos me importa después de ese beso es la camisa jajaja.

Muy bueno Parecita.

:****

Me encantan estas secuencias que tejes con pasión.

Gemma dijo...

Parcerita :D grrr! este teclado está fino como yo...

Sergio dijo...

Bueno, cinco años tampoco es para tanto. Sólo depende qué tipo de camisa sea. Las más caras y de marca duran casi toda una vida si se lavan como es debido. Claro que por cincuenta euros mala no debe ser. Otra cosa es que no quieras ir siempre vestido igual como un personaje de cómic. De todas formas el detalle del beso inesperado casi se come al resto de detalles del relato. O de eso se trata. Besos.

Annie dijo...

Es curioso como todos nos fijamos en un detalle diferente...

-Mi Parce se fijó en la camisa como símbolo o recuerdo de una relación.

-Gemma en el beso, la pasión que desborda, que nos trasmite en el momento de darlo la protagonista de este relato.

-S tiene en cuenta la calidad y el precio de la camisa, haciendo notar que cinco años no es mucho tiempo para que durara si la prenda era buena, pero le da también mayor relevancia al beso.

En cambio a mí nada de eso me llamó la atención. Yo me centré en lo que ambos sintieron.
Él como un témpano de hielo, como si ella no hubiera existido para él, como si no hubiera sido importante en su vida, como si el encuentro casual hubiera sido con alguien con quien ve a diario en el Metro o en la Universidad pero no es amigo(a) suyo.
Ella por el contrario, hasta se despeina para que él la vea como le gustaba verla en los viejos tiempos, cuando estaban juntos y eran felices.
Tan pronto lo ve identifica la camisa, y como boba que es, (como lo somos casi todas las mujeres) piensa que es la misma camisa que ella le regaló y que seguramente cuando se la puso por la mañana se acordó de ella, por eso se sonroja. Y a pesar de que en un primer momento trata de pasar haciéndose la indiferente, la traicionan sus sentimientos y su pronto, para devolverse y estamparle el beso en la boca, para descubrir por el detalle de la etiqueta olvidada, que él ya la había olvidado hace mucho tiempo...

Annie dijo...

Parce sobra decir que en eso también somos igualiticas...

También guardo todo lo que me regalan las personas que han tenido significado en mi vida, con decirte que tengo hasta flores y pétalos disecados desde hace 33 años!!!!!! jajajajajaja
Tu tarjeta por ejemplo la tengo en mi mesita de noche y de tant en tant la saco y la releo, me gusta sentirte cerquita de mi corazón parcerita de mi alma.

Un besazo y mi cariño por siempre

Annie dijo...

Gemma antes era más pasional, creo que ahora me he enfriado un poco, pero la esencia queda, o eso creo...

Un beso robado es de las mejores cosas que hay en la vida, y como bien dices, en esta historia después de ese beso ya nada importa.

Besos parcera

Annie dijo...

S en cuanto a cuidar la ropa también soy una campeona jajajajaja
Si vieras la cantidad de prendas que tengo que tienen como mil años, sobre todo porque como toda mi vida he estado como un yo-yo en cuanto a mi peso se refiere, pues siempre tengo guardado algo por ahí "para cuando vuelva a adelgazar", así que comparto lo que dices, cinco años tampoco en mucho tiempo para una prenda de buena calidad y lavada con cuidado.

El beso, como todos los besos es lo mejor!!!

Besos cargados de energía positiva