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lunes, 29 de noviembre de 2010

Columna enmarihuanada

Este post está tomado de una columna del escritor Héctor Abad Faciolince publicada por el periódico colombiano EL ESPECTADOR.

"Acabo de fumarme un puchito de marihuana. Los miles y miles de libros de mi biblioteca, de todos los colores, están bailando conmigo.

Es como si los hubiera leído a todos y me saludan de lejos, moviendo las páginas como viejos amigos. No sé por qué, miro a mi novia y se me parece a Nefertiti; casi nunca la había visto tan bonita. Yo sé que los libros no bailan y que mi novia no es Nefertiti; pero verlos bailar y verla como Nefertiti es una experiencia bonita. Irreal, pero bonita.

Daniel Pacheco, columnista de este periódico que valientemente se declara consumidor de drogas, nos está invitando, antes de que prohíban la dosis personal, a que hagamos una manifestación portando “una dosis de personalidad”. Yo espero poder asistir y pienso llevar una soga. Es la soga con la que podría ahorcarme, pero con la que espero no tenerme que matar. Quiero tenerla a mano, por si me da la gana, nada más. Porque ni Uribe ni Uribito, ni Palacio ni Palacito, me lo pueden impedir.

Prohibir el porte y el consumo personal de marihuana o de cocaína, para que no haya drogados, será tan eficaz como prohibir las cuerdas y el matarratas para que no haya suicidas. Si uno se quiere matar y no encuentra cuerdas, se busca un precipicio o se cuelga de un bejuco. Lo que defendemos quienes defendemos la dosis personal es la libertad. La libertad, incluso, para jodernos la vida, si la vida nos jode y nos la queremos joder.

Hacía años que no me fumaba un porrito de marihuana. Me la consiguió un amigo; empacada al vacío, punto rojo de la Sierra Nevada de Santa Marta. De lo mejor del mundo. En Ámsterdam la venden carísima. Tengo sed; tengo los ojos rojos. Acabo de poner las Variaciones Goldberg, de Bach, tocadas por Glenn Gould. Siempre me ha parecido, estando sobrio, que es una música celestial. Ahora, con el efecto del punto rojo, me parece que he llegado a un paraíso musical superior.
Cojo un viejo libro que me estaba saludando mucho. Es de un autor inglés consumidor de opio. Dice algo muy interesante. Dice que cuando uno consume opio comprende que “lo único real es el dolor”. No voy a probar nunca el opio; no debo. He estudiado y sé que produce una adicción irrefrenable. Si no la produjera, probaría también opio, pero la educación me dice que no lo debo hacer.

No fumo tabaco, por el cáncer. Si Uribe y Uribito prohibieran por completo el cigarrillo, me pararía frente al Palacio (y frente al Palacito) a fumarme un Pielroja, dos Pielrojas, cien Pielrojas. Dice Nefertiti que ella no confía en aquellos que no se toman ni un trago. Algún demonio muy hondo tendrán que ocultar. Si Uribe y Uribito prohibieran el alcohol (con lo que les gusta), me conseguiría una botella de ron de contrabando y me haría encanar.

Cuando prohíban la dosis personal, por la pica, me voy a parar a fumar marihuana en la puerta de la Catedral. Para que me lleven, obligado, donde un policía y donde un psiquiatra. Le mostraré al psiquiatra todos los libros que he leído, todos los libros que he escrito, toda la música que he oído y todos los cuadros que he visto con la percepción exacerbada por la droga. Y si quieren, que me encanen. Si me encanan, llevaré una cuerda. Si me quitan la cuerda, llevaré los cordones de los zapatos. Si me quitan los zapatos, dejaré de respirar. Para qué respirar donde no hay libertad.

Creo que ya se me pasó el efecto. No creo que me haya hecho ningún daño. El que se sienta dañado por mí, que arroje la primera piedra. Adiós, me voy p’al cuarto a dormir con Nefertiti. Bien comprendo la envidia que les da."

Héctor Abad Faciolince

9 comentarios:

Sergio dijo...

eresante artículo que para mí se resume cuando dice "La libertad, incluso, para jodernos la vida, si la vida nos jode y nos la queremos joder." Cone so ya no hace falta ni el resto porque de lo que se trata es que de cada uno decida. Estoy en contra de esas prohibiciones que no evitan nada y generan más problemas de los que alivian. Me cuesta creer que se siga practicando la prohibición porque sí. Hay que empezar a "desprohibir".

Novicia Dalila dijo...

jajajaajaj joer, que efecto más intelectual le producen los canutos al menda este, Parce¡¡¡
Yo fumo de vez en cuando costom ya lo sabes (no marihuana, que nunca la he probado) y ni me crea adicción y creo que no me mata tampoco. Es divertido. A mí me gusta porque me multiplico. Me refiero a que pienso cantidad de cosas a la vez y ahora que lo pienso, también me da el punto intelectual, pero me dura lo que tardo en ir de urgencias al diccionario (a mí todo me da por lo mismo) a buscar alguna palabra que me ha surgido de repente o a San Google, porque necesite imperiosamente saber algo que también me ha surgido....
Me río cantidad (sola y acompañada) y a veces, sólo a veces, se me cruzan los cables y me dan malos rollos... empiezo a pensar en desgracias, en muerte... Como cuando fumo es porque mi hija ha salido de fiesta, me da por pensar que le pasan cosas y a veces hasta el pongo algún sms para decirla que tenga cuidado, que no se fie de nadie... (es que ya una vez la robaron y le quitaron el móvil y la cámara que llevaba, por confiada)...
En fin, que para mí, lo que es el consumo personal es algo que me parece inocuo y no deberían prohibirlo. Otra cosa es el tráfico, aunque sin camellos ya me dirás que haríamos los demás....
Y luego distingo mucho entre la maría o el hash y la coca, el jaco, el crack o las drogas sintéticas... todas estas son muchisimo más dañinas y adictivas...

Un beso fuerte, Parcerita

Daniel F. dijo...

Se habra quedado calvo...

florero_plus dijo...

Quizás quien va fumado soy yo y no entiendo lo que leo pero ... me da la impresión de que el autor hace una elegía a la provocación, más que a la libertad individual. Especialmente es provocación pensando en Uribe, Uribito, la Catedral y en más personas o entidades que no se percibir.

Gracias Annie por la música del Cacique de la Junta que acompaña ahora tu blog.

Te ruego que me aceptes un beso.

Annie dijo...

Gracias a tod@s por sus comentarios, después contesto como es debido a cada uno porque ahora estoy un poco liada.

Besos brujos

Annie dijo...

Hou completamente de acuerdo contigo, lo prohibido es lo que más apetece...

Besos brujos

Annie dijo...

Parce yo hace como mil años que no me trabo(coloco como dicen aquí) pues la última vez la sensación fue horrible y no me quedaron ganas de repetir.

Pero si las trabas o mis prendas(borracheras) no me produjeran unas resacas tenaces, te juro que me pasaría a media caña todos los días jajajajajaja

Un besazo parcerita

Annie dijo...

Temu nunca se sabe...

Un beso brujo

Annie dijo...

Coincido contigo florero es pura y dura provocación. La cogiste al vuelo, te lo digo con conocimiento de causa.

No podía faltar el mensaje de navidad de Diomedes Díaz que nos acompaña a toda su fanaticada desde hace 30 años!!!!!

Besos brujos