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miércoles, 3 de abril de 2013

¿Nos conocemos?

Cuando llegamos a cierta edad, nos aparece en la cara la verdad que intentábamos ocultar con la sonrisa de Arlequín o la lágrima de Pierrot. ¿Quién dijo aquello de que a partir de los cuarenta todo el mundo tiene la cara que se merece? ¿Coco Chanel, peut-être?
Sí, debe haber sido Mademoiselle, ella era lo suficientemente observadora y malvada como para saber que se puede mentir con cada uno de los gestos, pero nunca con las arrugas...

¿Qué sé de él en realidad? Nada, a pesar de que nos conocemos hace más de treinta años.

Y lo malo es que cuando uno conoce a alguien desde la adolescencia, (niñez en algunos casos) tiende a pensar que es una persona cercana, en gustos, en afanes. Cree que entiende su forma de ver la vida e incluso que comparte su escala de valores, sólo porque una vez, hace ya mucho tiempo, conoció y compartió con él el territorio mágico de la infancia y/o adolescencia. 
Sin embargo eso es un engaño, un espejismo más del naufragio de la sejuela...

Hace unos días vi una foto actual suya y la comparé con una actual mía, seguimos conservando algo de la lozanía de juventud, (léase que tenemos pocas arrugas) pero al contemplar los dos rostros me pareció como si viera a un par de extraños. Entonces comprendí que hoy por hoy entre nosotros no hay necesidad de lágrimas o sonrisas para tratar de ocultar nuestras verdades, ya que entre dos extraños que no tienen nada en común, no es necesario ocultar ninguna verdad...


4 comentarios:

Novicia Dalila dijo...

Joer, qué críptica, Parce. Ya me diras a quien te refieres para ubicarlo (porque estoy segura de que es niño :P).
Eso que dices suele pasar siempre con gente que conoces en la infancia/adolescencia y con quienes incluso había muchísimo feeling y que después de esa etapa dejas de tener contacto y cuando te reencuentras intentas recuperar todo aquello y no es posible. No les reconoces. Porque esperas encontrar al chico/a que recuerdas y ya no está. Y tú tampoco eres ya la misma... Después de la irremediable y lógica evocación de recuerdos comunes, encuentras que ya no teneis nada más en común. Que la evolución ha sido distinta, incluso en direcciones opuestas, y ya no tienes nada de qué hablar porque es un extraño. Verdad que es así???

Un beso muy fuerte parceringuis
<3

Sergio dijo...

Con la gente que conoces desde siempre funciona el saber algo de ellos si no pierdes el contacto. Os vais educando el uno al otro. No es que os parezcáis, es que al ser de la misma generación y compartir vivencias similares os hacéis parecidos. Pero si pierdes el contacto y seguís caminos distintos es más fácil que cada uno evolucione a su manera. De todas formas conocer, conocer no te conoces ni a ti mismo. Hay grados pero saberlo todo no es posible ni recomendable. Conocer del todo a alguien me parece aburrido. En fin... Yo tampoco ubico a tu personaje, je,je
Besos.

Annie dijo...

Parce no estoy críptica, simplemente que no viene a cuento decir que "estuve mirando la foto de fulanito", ya sabes que aquí sólo nombro a dos personas (a ti y a S) directamente, y eso porque quienes me leen no los identifican.

Tienes razón, es un niño y obviamente ya tienes todos los detalles jajajaja
También aciertas en lo que dices: "Después de la irremediable y lógica evocación de recuerdos comunes, encuentras que ya no teneis nada más en común.", y por eso hasta miedo me da cuando me acuerdo de mis amig@s que dejé en Medellín, pues no puedo evitar pensar que cuando vuelva seré una extraña para ell@s y viceversa.

Un besazo parcerita de mi alma y mi cariño por siempre

Annie dijo...

S al hilo de lo que dices debí titular mejor mi post, porque es verdad lo que apuntas, ni siquiera nos conocemos a nosotros mismos.
No sé si será aburrido conocer del todo a alguien, pero que te conozcan casi al completo si es muy agobiante, te lo digo por experiencia.

Si ubicaras a mi personaje empezaría a creer que el brujo eres tú jajajaja

Besos cargados de energía positiva y feliz inicio de semana