Mentiras que me hacen feliz

La semana pasada mi parce escribía en su blog y afirmaba con una certeza rotunda sobre una relación pasada (desconozco si ficción o realidad) Nunca me olvidarás... y terminaba su entrada con esta frase: "Nunca sabrás que tú no fuiste el primero... Ni el último." 

A lo cual yo le comenté: "Parce eso es lo que queremos creer, pero siento desilusionarte, nos olvidan, y más pronto de lo que te imaginas... En fin, me quedo con la última frase de tu post, que ellos son tan tontos que se creen también todas las mentiras que nosotras les decimos."

De todos los comentarios me llamó la atención éste: "¡Bobadas! Olvidar sólo olvida el que tiene tantas experiencias parecidas que ya no distingue unas de otras.  Lo que a mi me conmociona es que se reconoce que algunas mujeres nos engañan ¿¡Pero es eso posible!? ¿posible materialmente, éticamente? ¡no puedo creerlo!"

Pues si, créelo, porque así como los hombres les dicen mentiras a las mujeres, nosotras también se las decimos a ellos, unas más gordas que otras, pero la realidad es que todas y todos mentimos en algún momento de la relación.

En mi post de las 5 culpas más comunes de la gente antes de morir decía que en cuanto a expresar mis sentimientos peco por exceso y soy demasiado melosa, pues bien, en uno de esos derroches de amor con mi adosado le dije que él era el hombre que yo más amo en la vida. No sé si me creyó o no, pero lo que si sé es que es una verdad a medias, porque el hombre que más amo en la vida es mi hijo. 

Obviamente él me respondió que también yo era la mujer que él más ama, pero fue más allá, me dijo que yo era a la que más ha amado en toda su vida, que nunca había sentido por nadie lo que siente por mí, y yo, derretida de amor, le creo...

¿Mentiras? No lo sé. Pero si son mentiras ¿qué mas da? 

Esa clase de mentiras son las que me producen muchos de los momentos felices que he tenido en mi vida...